Me duele el corazón

La satisfacción del sonido de sus pisadas se ha esfumado.
Anoche me dijeron que no es la primera vez que me mato por amor, que en mi vida pasada me maté tantas veces que cada que revivo, el tiempo con él es mas corto;  Hasta que un día, en otro nacimiento no lo vuelva a conocer.
Escribía sobre lo que era estar triste cuando era amado, pero también de haberse encontrado; Lo cierto es que las personas que dicen haberse encontrado a si mismos casi siempre están perdidas entre prototipos de sus pensamientos. Se engañan a si mismos sobre lo virtuosos que podrían ser sus malos hábitos, se crean ideas manipuladoras, los convierten en buenos.
Yo nací bailando y él nació para ser un escritor con apellidos de periodista.
Yo me hubiera ahogado antes sin él. Me hubiera ahogado sin él en sus propias pesadillas, que me llamaban, me hubiera quedado sin aire si él no se hubiera dado cuenta de que me ahogaba en la urgencia de ser suya al menos en esta vida.
Si me hubiera visto los ojos durante todo este tiempo sin tocarle los hombros para despertarlo, le hubiera dolido tanto como a mi me duele. Pero solo quedan lagrimas secas que se cristalizan como si fueran parte del mar y de su sal. Queda un sobre roto y una foto que cuelga de un alambre oxidado.
No quiero encontrarme entre labios que se parezcan a los suyos, ni entre pelos y brazos que tengan su mismo color.
Me prohibieron cantarle desde arriba y me arrepiento de haberme ido la primera vez, porque me encontré con alguien que se fue y jamas volvió.

Fotografía por Nastya Pestrikova