Cosas imposibles

¿En qué piezas o proyectos has estado trabajando últimamente?
Más que un proyecto, ha sido un ejercicio de diario visual en el que me propongo documentar pedacitos únicos de mi vida. El más reciente gira en torno al bouldering o escalada en roca. Viajé a Squamish, BC para aprender más sobre este deporte en el que me he estado adentrando desde hace más de un año y a su vez capturarlo con la cámara.

¿Qué aprendiste (o desaprendiste) mientras trabajabas en ello?
Fue un recordatorio de liberar mi miedo al error. En la fotografía análoga –como en la roca– lo que comúnmente llamaríamos “error” forma, en realidad, parte de su esencia. No lo puedo controlar todo, este deporte y la cámara me lo recuerdan: saborear el resultado de abrazar lo desconocido. En parte es un poco de aprender a desaprender.

¿Qué palabras, ideas o emociones te rondaban la cabeza?
Pensaba que la montaña nació antes que yo y seguirá de pie el día que yo ya no esté más. Por estos instantes fui parte de su infinita historia y ella de mi finita existencia. Las fotos también quedan.

Adrenalina, quietud, gratitud, pequeñez, inmensidad.

¿Hubo alguna conversación, película, música o libro que se haya colado en ese trabajo?
En este viaje me acompañó el libro Tokio Blues (Norwegian Wood) de Haruki Murakami, un libro que habla de la vida y la muerte. Me movió muchos sentimientos de nostalgia, perdida, sanación y el salto de la juventud a la adultez en un abrir y cerrar de ojos. Esta lectura reforzó mi estado de presente, agradecer estar viva, poder admirar mi entorno, desde sus paisajes hasta sus personajes.

¿Qué fue lo más difícil que has enfrentado últimamente en tu proceso creativo?
Es algo que sé pero con frecuencia pierdo de vista; me descuido en la búsqueda de una perfección humana y olvido lo mucho que me asombra la perfección de la naturaleza. Volver a ella siempre me inspira y me llena.

¿Cuál es tu restaurante favorito y qué nos recomiendas pedir?
Tengo dos recomendaciones.
Asamblea café: Latte de Palo Santo
Yama-to: Shoyu Ramen y gyozas

Si este mes tu vida fuera una película, ¿qué título tendría y quién haría el soundtrack?
Me voy a copiar de Murakami y le voy a poner el título de una canción: Cosas Imposibles. El soundtrack sería algo entre Caifanes y Clairo. 

Recomiéndanos algún artista que sigas, que te inspire, y dinos qué es lo que más te gusta de su trabajo o de su forma de trabajar.
Me fascina ver el trabajo fotográfico de Kin Coedel, me gustan las obras en las que retrata cosas animadas e inanimadas por separado como protagonistas y después los une logrando composiciones y juegos de color bellísimos.