¿Y lo bailado?

Te reto
a que me bailes unos besos,
unos que no se cansen.
Te digo
que me bailes boca a boca,
que no termine tu baile ni el mío.
Quiero
que me bailes suave un ‘te amo’
al ritmo bárbaro de un tango.
Insisto,
que me bailes a cero distancia,
mil caricias cursis
intencionalmente mal sincronizadas.
Te invito
a que me bailes al son que te sepas.
Báilame aunque tropecemos.
Maréame dándome tres giros,
písame nuestros mejores besos.
Déjame caer a medio baile.
Al fin y al cabo,
¿lo bailado quien te lo quita?

Fotografía por Lúa Ocaña.