Quisiera ser un vago, si así es un pequeño y hermoso y genial vago, Aquellos individuos que no tienen ni esa mínima idea o más bien la tuvieron pero ya no quieren entender más. Ya esa pequeña porción de preocupación o angustia. Yo creo que su mayor preocupación es cuando ya no regreso aquel gato pardo que a diario los acompañaba en sus noches de soledad deseada.
Si, quisiera ser un vago y así ya no pensar en aquella vez que me lastimaron o aquella otra donde murió mi padre aun estando con vida, tantas ideas juntas, ya no quiero ser partícipe de este estúpido juego llamado realidad. Eso de estar pagando el agua, y la luz, y la comida… ¿De verdad hay que pagar eso que es esencial para vivir? Porque si no como, me muero. Eso me hace recordar, ¡PUTO GOBIERNA DE MIERDA! Todo nos lo cobran, cobran por nacer, que más que ese sencillo acto socialista de tiranía y desesperación.
Si yo fuera un vago ya no tendría que preocuparme por el gobierno, ni por el amor, ni por la vida. Ellos son unos locos y los locos son lo más felices. Yo quiero ser feliz.
Tal vez si me vuelva uno, tendría unas hermosas dreadlocks por tanta mugre y suciedad, no gastaría dinero en ropa de marca que finalmente solo se usa para competir en esta vida, ya no tendría que parame todas las mañanas a bañarme. Eso suena bien.
¿Por qué la vida es cómo es? ¿Nuestros antepasados no se sentirán decepcionados, por nuestra disque “evolución”? Ellos estaban desnudos, solo comían, dormían, tenían sexo, cazaban; que bendita vida llevaban.
Los vemos mal pero al fin de cuentas creo que los vagos son la verdadera evolución, creen que no saben, son los más bizarros, pero quien no lo es en este pequeño mundo.
En si un vago no existe, solo existen si es que nuestros ojos los miran, ya no quiero llamar la atención, si, tal vez salga hoy y ya no regrese; la próxima vez que me vean no quiero su limosna, solo querré saber dónde quedo ese gato pardo que dormía conmigo a diario.
Ojalá no lo hayan matado.
Fotografía por Richard P J Lambert
Me dedico a respirar, comer, ser incongruente e inconstante, me dedico a superar las cosas como vayan saliendo porque resulta ser que nada sale como lo queremos ¿no?
Me dedico a verificarme o al menos tratar de hacerlo, al momento de decir algo, prestar atención a que se mero se esta llevando a cabo; a llorarle a lo que fue y a sonreírle a lo que va llegando.
Me dedico a leer entre lineas porque ya nada es lo que parece. Me dedico a visitar nuevos mundos o al menos lo que queda de ellos. Me dedico a ver puestas de sol y a escuchar el silencio, o lo que queda de el.