Terminé de leer “El extranjero” de Camus y el chingado libro me persiguió por las calles en las que caminaba, sus planteamientos y sus horrores me seguían incluso en el baño cuando iba a cagar y ni si quiera el abrumador tronido de mis pedos acallaba el grito más poderoso del discurso camusiano. La medida exacta de su crítica; la frase “matar a un árabe” se volvió fastidio, remedio, anagnórisis. Pensé si había sido demasiado estricto al juzgar al “maestro” Persino en distintas ocasiones; si acaso como seres vivos la indiferencia al dolor ajeno es nuestro existencialismo más natural; así seamos reverendos hijos de puta, hermanas de la misericordia, somos entrada y salida a lados oscuros y luminosos. El “maestro” Persino resultó ser cruel la mayor parte del tiempo, era su naturaleza alabar cristos, san Juditas Tadeos, pedir milagros y al salir de los templos: pisotear personas como una rutina de supervivencia en un medio enteramente rapaz.
El “maestro” Persino ha tenido severos trastornos en su personalidad y yo me fui curando cuando acepté que esos eran sus pedos y no los míos; yo tendría que aferrarme a mi libertad intelectual, a responsabilizarme de mis propios actos, luchar con hartos huevos por mi destino y quedar inalcanzable a los designios de aquel ángel exterminador.
Fotografía: John Kilar | Instagram
Fernando Percino es mexicano y nació en algún momento de los años ochenta; además es licenciado en Administración Pública por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Ha publicado cuentos en el suplemento cultural “Catedral” del diario “Síntesis”, la novela “Velvet Cabaret” (2015), el libro de cuentos “Lucina” (2016), el libro de crónicas “Diarios de Teca” (2016)y actualmente escribe el libro de notas “Volk” en ERRR Magazine. Fue miembro del consejo editorial de las revistas: “Chido BUAP” y “Vanguardia: Todas las expresiones”. Ha trabajado como funcionario público en la Administración Pública Estatal y Federal y se desempeñó en diversos puestos, por más de 7 años, en el ramo de las microfinanzas.