Diles que vienes de allá, de un mundo raro, que amas el hockey sobre hielo con sus finales olímpicas por la medalla de oro; que usabas gabardinas rojas aterciopeladas en la universidad; te pintabas la uñas y los labios de negro para que los profesores de la facultad de administración te vieran con ojos de ”suputamadre, ¡un muerto!, ¡un joto!, ¡un guarro darks!” Te juro mi corazón que no es falta de amor, yo soy así y así me moriré.

Diles que vienes de leer a Bernhard, Jelinek y Vallejo y que la penumbra de sus letras no te ha hecho maldito, amargo, ateo, si acaso un poco desconfiado de la humanidad.

Fotografía: John Kilar | Instagram