Hoy recogí un recuerdo. Una aguja, en un pajar. Del obsceno mar de nimiedades, almacén del fantasma de la inconsciencia.

Hoy recogí un recuerdo. Era el tuyo. Vagando en el caos que provoca la atracción. Esa que causaste. Y que sigue haciendo eco.

Eran tus labios.
No.
Eran tus labios rosando con los míos.
Viajé mientras ridículamente intentaba saborearlos.
Viaje obsceno y vacío.
Eso eres después de todo el vendaval.

Recogí tu recuerdo insípido y puro.
Recogí tu mirada. Y recogí también tu sonrisa… algo en mi sé tambalea.
Ya no quiero negarte. Esquivarte cuando cierro mis ojos. Prueba de ello es que recojo lo que creo que queda…
un recuerdo de nosotros.
No puedo ya negarte.
No puedo recordar el sabor de tus hermosas labios.
He estado recogiendo la zozobra.
He buscado.
Te he buscado.
Y te recuerdo.

Fotografía por Michel Nguie