No es como si sólo te pensara por las noches, en realidad, te pienso a todas horas e incluso en los momentos menos esperados.

Pero es que las noches tienen algo, algo que a ti no te hacen ser tan tú y a mí me hacen ser un poco menos yo.

Y en esas noches en las que ambos somos un poco de algo más, hay magia.

Porque me tomas de la mano, comenzamos a bailar sin música, descalzos y tú siempre terminas subiendo tus pies a los míos.

Luego recorro tus lunares beso a beso, colocando una bandera de conquista en cada uno y tus dedos se pierden en mi cabello, sin querer.

Tu piel es suave, tan blanca, y yo la cubro con la mía como el cielo de la noche abriga a la luna.

Entonces estando así, tan juntos que no se puede saber dónde empiezas tú y dónde termino yo, hacemos que la noche se prolongue más allá de lo imaginable, y componemos una sinfonía que bailamos al son de nuestros cuerpos.

Y luego despierto, ya te has ido.

¿Esta noche volverás?