Dices que el verano es como el porno. Que no hay espacio para la imaginación; que todo está supeditado a una serie de arrebatos violentos, como los rayos que parten en dos la noche. El invierno, en cambio, te parece erótico porque la niebla añade misterio, igual que un cuerpo desnudo al otro lado de una sábana.
Fotografía: Delfina Vazquez
Japón. Un libro. Lápices de colores. Blade Runner. Lluvia. El olor de la madera. Caminar por el bosque. Puedes encontrarme por ahí…