Tantas veces me despedí con intención de irme, y el día en que decidiste partir, no quise dejarnos ir…


{Hace unos años coincidí con 1 estrella, la más brillante de todas, fue como llegar a un terreno desconocido el cual poco a poco comencé a descubrir y sin darme cuenta logre sentirme cómoda ahí.

Me permití construir un hogar.

Ignorando las tormentas y los desastres que comenzaban a hacerse más frecuentes gracias a la cuarentena, me quedé, rechazando toda ayuda y todo intento por salvarme de ahí.


Recuerdo poco a poco darme cuenta de que ese lugar ya no era el paraíso que teníamos construido. Y muchas veces sin desearlo, me despedí.
Siempre a susurros, esperando que el eco de mi voz llegara a sus oídos pero la estrella me sabía tan anclada a su lugar que poco le importaba.

Y siempre a un paso de huir… volvía a regresar pues inconscientemente decidí que mi hogar siempre sería donde estuviera esa estrella.

Me sentaba a esperar que algún día mi valor fuera suficiente para aislar mis sentimientos y simplemente partir de ahí.
Y así pasaron los meses hasta que un día, de la nada, tu decidiste partir.

Para mi fortuna, gracias al desorden y el valor que tuviste por los dos, ahora me encuentro libre, conociendo más espacios, conociendo más estrellas, me enseñaste lo que no debo permitir que me hagan y ahora voy brillando más que nuca y sin la mínima intención de mirar atrás.}