Mi cariño a veces se parece al silencio más fino
y me he percatado que (casi) no transmite su esencia,
pues mi cariño es aquel
que en la fecha más inesperada,
en el momento más alejado de lo tipificado,
te demuestra su vehemencia.
Y por eso entiendo
-y acepto-
que al saberte vulnerable
te fuiste (pero yo no lo hice),
y me quedé con la ilusión de ver
de nuevo tu silueta reflejada
-tan particular-
en aquellos espacios que ocupabas
-los más específicos-,
y que si me descuido tan sólo un segundo
y dejo al pedazo de mi corazón más alejado de la realidad
volar,
podría asegurar que sigues ahí, esperando.
Supongo que cuando me dijiste que podíamos recuperarnos, no tomamos en cuenta que las lunas, los días y las horas, las personas y nuestro palpitar hacia ellas
interfieren en nuestras historias.
Ahora sólo me consume el esfuerzo
de una imposibilidad.
Me termino negando en el intento.
Fotografía por Katya Mamadjanian.
Empecé a escribir a los 16 años, solo que antes era un secreto. Ahora tengo 22 años y continúo sintiendo a través de la escritura.
Que se sepa que todo lo que plasmo viene de lo vivido, internalizado, encarnado y sufrido. Partes de mi siguen vivas gracias a mis textos y poemas.
Residiendo en la CDMX.