Un salón de clases de fantasmas

…y entonces fue cuando la mujer paró en seco su discurso y pidió la opinión del resto,
no escuchó nada, tanto silencio.
Al alzar la mirada lo primero que vio fue su reflejo en la pantalla que se había apagado,
lo negro dentro de cada pixel formaba su imagen distorsionada, difícil de ver.

Cuando ingresó a la ventana correspondiente,
su reunión virtual estaba conformada por pequeños cuadros de 4×4.

Icono de Bob Esponja, la foto de su compañera en la playa, las letras LT con fondo morado, todo, menos quienes ella conocía de antes.
Iconos de micrófono y video apagados,
le hicieron pensar que llevaba 15 minutos contados, hablando con un salón de clases conformando por fantasmas.

Apagó su cámara, silenció su micrófono, se quitó suavemente los audífonos, entró al chat y tocó cada letra de su teclado lentamente hasta escribir “creo que está fallando mi conexión”.
La mujer se desconectó sin explicar nada más allá que eso.

Fotografía por Michel Nguie