Es primero de enero de un año cualquiera, sólo que Britney Spears ha muerto y Charles Manson ha sacado su séptimo disco de estudio (Helter Skelter, su primer álbum, batió récords y encantó a los críticos). Woody Allen es un hombre profundamente solitario que saltó del cine a la fotografía; lo mismo que Roman Polanski después de su divorcio con Sharon Tate, actriz que murió presa de una sobredosis algunos años después, a poco tiempo de iniciar las filmaciones de una película que prometía llevarla al estrellato. ¿Alguien recuerda los televisores, las pantallas? Bueno, ya no existen; ahora el internet se da vía cerebral, haciendo que prácticamente todo y todos estemos conectados todo el puto tiempo, en espera del maldito virus spam que acabe con nuestro cerebro. Hay hackers que se dedican a controlar y manipular a la gente, haciéndoles creer que arruinan su vida por decisión propia. ¿Religión como negocio? Casi desapareció cuando gente de Anonymous hizo estallar múltiples bombas en el Vaticano; se habló de el hecho como el atentado más grande de la historia, pero sacó a la luz toda la mierda que, por siglos, estuvo oculta dentro de la Santa Sede. Para sobrevivir lejos de su farsa, el nuevo papa se dedica a hacer streamings en youtube hablando sobre las matemáticas (quién lo hubiera dicho, aquél hombre de Dios ha resultado ser un excelente profesor a distancia). Un famoso influencer norteamericano que asegura ser la mismísima reencarnación de Nostradamus había anunciado, hace un par de semanas, el fin del mundo para el día de hoy; quienes lo siguen, aseguran que nunca ha fallado en sus predicciones, pero siempre existe la posibilidad de una primera vez, sobretodo cuando lo que se afirma es algo tan delicado como el Apocalipsis.

Es primero de enero de un año cualquiera, de un tiempo cualquiera, de un espacio cualquiera. Me pregunto si importa y, después de pensarlo un poco —muy poco en realidad—, me respondo con un seco y rotundo “no”, mientras una voz ajena a la mía se va apoderando de mi mente…

Fotografía por Michel Nguie