Han pasado cuatro meses desde que decidí independizarme, habiendo días muy buenos otros no tanto, haciendo sólo una comida al día trayendo lo justo para el pasaje, más sin embargo amo esta etapa, no miento cuando hay veces en las que deseo salir corriendo y regresar a mi zona de confort, regresar a no padecer de casi nada… Luego ocurre que reaccionó, analizó mi situación, respiro observó con calma a mi alrededor me detengo a pensar en todo lo que he logrado y lo que falta por hacer, en tomar la mejor decisión de mi vida y sanar mentalmente, siempre fui un alma libre e independiente sin temor a casi nada y ahora me veo envuelta en una gran aventura que es definitiva y marcará el rumbo de mi desordenada vida.
Con millones de desordenes y emociones sigo, tengo a mis mejores amigos tan fieles, mi novia que me levanta cuando ni yo pretendo hacerlo, mi madre que me enseñó a arriesgar y siempre ganar, tengo la firme convicción que todo esto irá por buen camino, mi gran momento aún no llega, se vienen cosas realmente grandes!
Amo mi nueva etapa de independencia, madurez y nuevamente aceptación, aceptación que llega con la comodidad de un género que creí que era un tabú y un “pecado”,pero al ver el apoyo, la empatia que he recibido, soy feliz aceptando que soy un chico trans, que aunque no eh iniciado un tratamiento como tal, se que pronto podrá llegar ese gran paso, mientras tanto disfruto cada crecimiento espiritual que el universo decida brindarme.
Las mejores cosas ocurren cuando sonríes o estas desnudo.