Texto #170542-2 y sigo viviendo

Ya he perdonado algo que quizá fuera imperdonable. Ya me desenamoré de la misma persona mil veces. Ya escribí cartas que nunca envié. Ya viajé. Ya me decepcioné. Ya hice infinidad de cosas impulsivamente, las cuales me han dejado cicatrices que jamás se borrarán, y he aprendido a amar mis marcas. He reído hasta doler el estómago, ya fui rechazada muchas veces, he amado sin condiciones, he tenido amigos y enemigos, he sido amada profundamente, he estado con alguien sin amarlo como merecía, ya pasé por depresión y ansiedad, he saltado y llorado de alegría, ya tuve ese ex amor en donde nos hicimos juramentos que se los llevó el viento, he golpeado, he defendido a alguien. He logrado sustituir cosas y personas que quizá no tendrían porque haber sido sustituibles. He llorado con infinidad de canciones, llamando a esa persona sólo para escuchar su voz y machacarme lentamente. Un día pensé que moriría de desamor, que la nostalgia se quedaría eternamente en mí, pero no fue así. También he tenido miedo de perder a esa persona e, irónicamente, mi mente me jugaba malas pasadas haciéndolo realidad. Me he perdido, he regresado. Me he hundido en lo más profundo y logré salir a flote. Gracias a todo eso y más sigo aquí, mejorando mi versión, sin juzgarme, sin reprimirme, aunque a veces no obtenga las palabras amables de vuelta, sigo amando, sigo valorando, sigo estando, sigo viviendo. No quiero pasar por esta vida sin haber roto aún más mi interior para luego volver a pegarlo con luz, esa luz que me invade hasta para respirar, que entra para curarme, para protegerme, para decirme que la vida es mucho más que ser insignificante; amo, abrazo, vivo con pasión. Me pertenece una parte del mundo y lo quiero con esos vaivenes que hacen que me dé más fuerza levantarme. Ya pasé por mucho, ya me cansé de lamentarme por tanto tiempo. He logrado no mezclar mi energía con la de otros. Hoy hay más cosas que me sonríen.

Fotografía por Lúa Ocaña.