TATI

Los cabellos que dejaste en mi ropa
se irán perdiendo entre el calor y el smog de la ciudad,
los moretes que tienes en las piernas
se irán borrando entre risas, desvelos y cervezas rojas
en este o en otro desierto.

Otros labios cubrirán los besos que dejé en los tuyos
y no importarán más el dolor ni la confusión;
sé que has encontrado metadona en otro lado,
entre el humo y el neón, entre ruido y rayos láser
y supongo que está bien que uno de los dos pueda sobrevivir
y todo esto no sea una pérdida total.

Olvídame para salvarte.

Me esperan el insomnio y tu perfume,
usar a diario tu cepillo de dientes para poder besarte,
abrazar el puto universo en tu fotografía
y seguir peleando contra mí hasta sangrar,
romperme la cabeza, el alma y los nudillos
hasta vaciarme los ojos y el pecho
y sudar… Por ti, pero también por mí.

Y a pesar de querer tu bienestar sobre el mío,
duele saber que cuando leas esto estarás a salvo.

Fotografía: Cecilia Gómez de Villavedón