Creí que podía sacarte fácil,

más aún después de que me has dañado.

Pero las cosas nunca son tan fácil,

y estoy aquí, a media tarde

comiendo un pay de frambuesa con los ojos perdidos en el horizonte,

contemplando el infinito.

 

Siento que no puedo moverme,

que necesito verte,

contar tus marcas en la piel, y delinearlas con mis dedos.

Acariciarte el cabello largo y suave que me abraza los dedos pidiendo más.

 

Siento una presión en todo el cuerpo que me trata de hacer pequeña,

y vuelve el sueño, el sueño que me hacía despertar cada vez más espantada,

muchas de las noches en las que te lloraba.

 

Estoy bloqueada, no puedo moverme con libertad, no logro articular.