Aislarse del mundo para compartir tu burbuja y aún así que tus espinas nos revienten.
Todo se reduce a estupideces que se vuelven más importantes que lograr que salga una sonrisa de las pocas que tengo. Todo se reduce a fotografías ¿no es así?, a momentos que parecen increíbles pero detrás de eso estamos diciéndonos cosas hirientes, no escuchando.
Tal vez esa etapa de highlights se fue junto con el brillo que ya me cansé de intentar recuperar. ¿Acaso parece que algo podría dislumbrarme? ¿O acaso alumbrarme siquiera? Últimamente estos años me tienen apagada y sigues pensando que cualquier faro podría atraerme. Ni si quiera ya tengo luz propia, no busco nada, incluso comienzo a pensar que tampoco te busco a ti.
Tal vez si tengo altibajos emocionales pero eso no significa que tengas que guardarme en algún lugar para que no me escape, puede ser que ya tampoco confíes en mi y es aquí donde trato de entender si debo convencerte de que lo hagas.
Si bien me deconstrui con tu silencio en el pasado, sigo siendo la misma persona que lo único que quería era que te quedaras, pero sigues luchando contra mí.
Fotografía por Richard Gaston
Usualmente escribo mejor cuando estoy rota, veintitantos años.
Algunos me dicen Ana y otros “Saturno”.
Para aprender tuve que destruírme.
No escribo de nadie real, siempre los invento yo.