Somos supernovas cuando amamos: Explotamos.

Somos unas supernovas. Éstas explotan liberando enormes cantidades de energía brillando intensamente y, terminan por manifestarse aparentemente en un punto del espacio. Cuando amamos es así, el calor que nos genera internamente, es igual a lo que genera una estrella, esa fuerza intensa, ayuda a evitar que se derrumbe todo. Pero cuando la estrella se enfría, la gravedad gana y ésta se colapsa. Existen otros tipos, como la enana blanca, ésta no puede estallar por sí sola, pero se va enfriando progresivamente y requiere ayuda de su compañera para llegar al límite, ésta es la única manera para que se desintegre, el resultado final será: ningún superviviente. Al igual que las estrellas, cuando todo está en la fase terminal, es necesario que todo se rompa. Después de lo transitado, la explosión altera a la estrella, la destruye, pero ésta sigue existiendo en partes, se transforma, se vuelve una nebulosa, en rayos cósmicos, todo flotando en el espacio.
Es por eso que no todos logran entender que somos uno con el universo, todo lo que habita ahí, hace que dos fuerzas opuestas se mantengan. Así somos, requerimos algo opuesto para tener equilibrio.