La apatía no es mas que mi medio para traer acá,todo aquello que se prefiere mantener en rincones que nadie limpia,que nadie mueve,que sabes que están ahí sin embargo caso omiso damos.
Entonces pues,la apatía mas que el soplido que te despeja de la olvidada esquina es también considerada culpable cuando navegas ligero por habitación,chocando con lo que se atraviese y fragmentándose te propagas por doquier.
Cuando invadida me encuentro,dentro ya de un cajón, temerosa y resignada al próximo ataque disfrazado de soplido,sucede.
Sucede que me sobrevuelas si cierro los ojos,en forma de recuerdos,donde tus párpados se oprimían en acto reflejo abasteciéndome de satisfacción ,tu cara triste y gestos escasos de hombría.
Extrañarte es parecido a una aparición genuina del dolor albergada en mi tercera parte alta del cuerpo,aparición que brota en lagrimas,que anida gritos desesperados y mentadas de madre entre dientes.
Expreso esto no para que vuelvas,o desees estar aquí, si no mas bien para hacerle consciente también a mi cuaderno que visitaras solo cuando sea necesario,solo cuando necesite revivirnos a las rayas y ami tu piel pegada al hueso,la exageración de tu corte la de cabello y tu amor intermitente.
Intermitente deje sentirme guiada por la costumbre y ahora te borras de acá,terminando mi capricho,para regresar allá, donde siempre perteneciste.
Mi apatía no es mas que tu taxi a mi sentir,y amarte no es mas que querer estar apática en cada momento.
Fotografía por Cleo Thomasson
Me persigue mi pasión por escribir pero mi mente me bloquea a perseguirlo de vuelta.