Aquellas partes de mi
que actualmente daba por perdidas
que ni siquiera reconocía más
siguen vivas cuando las vuelves a nombrar.
Cuando me escribes diciendo “esto me recuerda a ti”
y resulta ser algo que ni siquiera me gusta más,
cuando me dices “tú sueles reaccionar así”
y yo ya no me reconozco a través de esas palabras.
Conocí otros matices, me salí del blanco y negro,
incluso podría afirmar que lo único que no ha mudado es mi piel.
Yo ya no soy lo que fui ayer, yo ya no soy quien fui contigo.
Crecí, nuevas raíces se formaron partiendo de la nada, de una semilla frágil.
Yo ya no soy más la persona que vive en tu mente, te suplico que mates esa versión mía,
no necesito que coexistamos.
Por eso no me gusta que aparezcas, no vuelvas. No vuelvas.
No vuelvas porque yo no volveré ni un poco integra de acuerdo a tu ideal de mi ser.
No vuelvas.
No estoy. Fui, pero ya no más.
Empecé a escribir a los 16 años, solo que antes era un secreto. Ahora tengo 22 años y continúo sintiendo a través de la escritura.
Que se sepa que todo lo que plasmo viene de lo vivido, internalizado, encarnado y sufrido. Partes de mi siguen vivas gracias a mis textos y poemas.
Residiendo en la CDMX.