Sertralina

En esta noche fría de Noviembre, me encuentro caminando por la misma calle una y otra vez. Pensando en esta pelea diaria entre tú y yo, tratando de convencerte en que te vayas para siempre, pensando en irme lejos de ti, pensando en cómo convencerte de que no regreses. Por favor, no trates de salvarnos. Mi mejor argumento es que, lo que estuvo siempre sumergido debajo del agua simplemente no puede respirar estando fuera de ella. Tú estás dentro de ella, yo estoy fuera. Por favor no salgas mas y quédate en el agua.

¡Entiende que lo que está bajo del agua no puede respirar! ¡Déjame salir del agua!. A veces me dejas, y es ahí cuando al fin estoy conmigo. Y después de estar algunos meses sin ti en tierras altas veo el cielo de un azul más claro, más nítido y bello. Antes de que juntos cometamos unos cuantos errores creo que debería quitarme ese anillo que me une a ti. Y también tus ojos, aléjalos de mí. Te prometo que quitaré todo ese dolor que guardas, quitaré ese olor. Ese olor que tú y yo sabemos que es el mío. Quítate la ropa que yo trataré de mantenerte caliente, aunque sea a lo lejos.

De verdad que extrañaré tu horrible voz, tus ideas; pero tu extrañarás no haberme besado más. Antes de que llegaras vivía en una ciudad solitaria y llena  de mentiras. Espero algún día me perdones por la despedida. Ya sé que ese fantasma tuyo, pero mío, no dirá adiós tan fácil. Antes de buscar tu amor dentro de mí, creo que deberías quitarte el orgullo y con ello quitar tus ojos de mí. Quitaré el dolor que guardas, y ese chingado pero tan delicioso aroma. Te apareces en mi mente como Kim Kardashian en las revistas, rompiendo todos mis sistemas, pero basta, ya no te dejaré entrar. Ya no te dejaré ganar.

Ya no más… Ansiedad.

Fotografía por Martin Canova