Así nos queremos,
frente al olor a sal
que tienen las piedras
y las cruces de los niños
que murieron ahogados.
Nos preguntamos
si podemos ser los mismos
en un lugar sin estrellas,
odiar a los turistas
que no son nosotros
y dicen cosas como:
a great day to be american
mientras exhalan un aire
que tampoco es nuestro.
Pero ya no es noviembre.
La ciudad volvió
a llenarnos de humo
el cuerpo,
los recuerdos del paraíso
se volvieron nostalgia
y el único mar que queda
es la distancia entre nosotros.
Antes de volver despedimos el sol
y los colores del cielo
para no volver a encontrarlos
como se pierde todo
lo que importa.
Muy géminis para mi propio bien. Escribo todo lo que no sé decir.