Es noviembre del 2021 y todo es una mierda. Siento como si me hubieran roto el corazón, pero nadie me ha dejado. Estoy perdido, desconectado de la vida. En estos momentos eso parece peor que el propio abandono donde alguna vez, mínimamente, te quisieron, ¿sabes? Mi cuerpo es una pecera apunto de colapsar peces muertos, porque en mi no puede habitar la vida. Sangre sucia, aliento descompuesto, lágrimas ácidas y voz sin esperanzas. Caminaré mientras mi ataúd sigue en proceso. Ojalá eso sea pronto porque recostarme sobre mi cama me parece algo antinatural. Estoy sobrando en este espacio físico y tengo mucho sueño.
Diciembre se aproxima, o me deprimo mas o veo una luz aturdir mi rostro, quizá bajo la influencia del alcohol, quizá escuchando la charla de un amigo mientras no lo miro a los ojos porque soy distraído, quizá bajo un cielo lleno de estrellas alguna pueda mirarme y ver que soy un fracaso solitario. Tal vez tenga compasión y me conceda un deseo, ser feliz.
Una voz en el fondo susurra al ritmo de mis latidos que sea perseverante, lo siento en cada canción, abrazo y amistad con la que río y lloro, ¿que es esto? Porque estoy llorando, solo es la vida, solo es la perra adultez. Todos le tenemos miedo. Nunca nos dieron clases en el bachiller. Estamos aquí, haciendo lo mejor que podemos, casi siempre más tristes que felices, un sentimiento universal nos une una vez en la vida.
Sentimiento universal
