Camino por el desierto que tengo en la cabeza, y te veo como un reflejo… Sé que no existes, pero mi cabeza, mi alma, quiere creer que sí. He vivido tan rápido, pero contigo quería ir lento, y sin prisas. Me he dado cabezasos contra el muro emocional, intentando romperlo… No he podido. Estoy vacía.

Quisiera no pensarte, no soñarte, mucho menos extrañarte. Lo estoy intentando.

Tengo una sensación extraña en la lengua, como si nos hubiesen faltado besos, lamidas, y mordidas también. Quisiera volver a repasar tus lunares una vez más, con mi boca.

Estoy olvidando el sonido de tu voz, y no quiero, me cuesta, me duele. He olvidado ya a qué sabes, y como hueles. Ha sido duro.

Ya no puedo mirar atrás, y en mi presente no estás, ni tampoco te puedo visualizar en mi futuro tácito. Te estás disolviendo, y me estoy mareando.

La marea baja y ya no estás. Al fin.