Guardo un poco de mí, para que me saborees cuando tus amigos nos tiran la mirada preocupada de ser dos bastardos enamorados.

Me gusta mantenerlo deseando más, el dijo que el cuerpo es inimaginable.

Tal vez sea tu desayuno o la cena que te hizo falta todo este tiempo, el cayo en mi trampa y no puede escapar de mis feroces piernas que aprietan su cuello.

Pídeme de rodillas que te bese cada parte de tu piel, ruega por mí en una misa eterna.

Fotografía por: Giorgibel