Aquella noche larga y oscura llegamos al bar. Yo no te conocía ni tú a mí. Antes de eso nunca nos habíamos imaginado. Yo estaba molesto, triste, cansado. La vida no me daba más. Ella me consumía pero no podía dejarla, aún la amaba. Necesitaba seguir, darme un respiro.

Tú llegaste llorando, pediste una copa. Te vi a lo lejos: una mujer como ninguna otra. Hermosa, increíble. Me costó trabajo imaginar a una mujer como tú de esa manera.

Analizaba tus movimientos, veía cómo limpiabas el maquillaje, cómo corrían tus lágrimas y tus labios se deshacían en el alcohol.

En algún lugar, en algún momento, alguien te había hecho demasiado daño.

Sería imposible haberle hecho a alguien tanto daño y ahora estabas aquí, llorando por algo o por alguien.

Sonaba la música. Tanta gente entre nosotros y nadie se daba cuenta de lo que estaba pasando.

De pronto suena la canción de mi boda, aquella hermosa canción que siempre baile con la mujer de mi vida, ahora suena aquí y yo estoy destrozado, muerto por dentro.

Comienzo a llorar, ya no resisto más.

Veo que te acercas, me das un trozo de papel para limpiar mi dolor, es imposible que alguien encuentre una persona más rota que ella en el mismo lugar. Me das la mano, me invitas a bailar.

Ninguno de los dos dice algo, las palabras sobran, no son relevantes mientras el momento pasa lentamente.

No quiero conocer tu nombre ni el motivo de tu tristeza y tú no quieres conocer mi nombre ni el motivo de mi dolor.

Caminamos a la pista mientras mi canción avanza lentamente.

Ya nada es relevante, ya nada importa.

Entre tú y yo no habrá una historia de amor, no habrá un mañana porque a ti no te amo. Tú no eres la mujer de mi vida. Yo para ti seré solo aquel que lloró en un bar.

Te tomo de la mano y comenzamos a bailar, siento tu respiración, el llanto nos ha hecho suspirar, nos hemos destrozado.

El baile es lento. Y la canción pareciera no terminar.

Mi mente te pide que me ames. Ámame solo está noche y mañana todo quedará en el olvido.

A medida que avanza la canción nuestros cuerpos se funden en un abrazo como si no quisiera terminar.

Encontramos en nosotros lo que el destino nos ha arrebatado o lo que nos ha traído hasta este lugar encontramos lo que se nos había negado.

Quiéreme solo está noche, solo está canción. Y después vete para ser felices, encontremos las ganas que nos han arrebatado.

Mi canción va terminando y siento como tú cuerpo poco a poco se aleja de mí, tus dedos se resbalan de mis manos para dejarlas solas, te vas alejando mientras la canción termina. Nunca más sabré de ti. Nuestro amor nunca será real, nunca será posible pero al menos nos hemos curado.

Te pierdo entre la gente para nunca más volverte a ver.

Nunca supe tu nombre ni fue necesario. Lo único que se es que me curaste para seguir amando a la mujer de mi vida. Sé que cure tu tristeza.

No podré olvidar está noche. Te vas y te doy las gracias.

Gracias por darme la oportunidad de seguir amando a mi mujer.

Fotografía por Cloro