Apelaste a la misericordia,
planteaste el rencor en el porvenir,
narraste trágicas historias de abandono
confesaste tus dones oscuros y
compartimos mesa con tus demonios.
Exhibiste tus debilidades como mías,
cuestionaste mi cordura,
disparaste palabras hirientes
disfrazadas de bromas escolares.
Te dejé entrar en mis pensamientos
que enredaste ha tu conveniencia,
Probaste mi auto confianza,
me describiste como egoísta y endeble.
En medio del caos que provocabas,
del ambiente hostil
y lleno de mis lagrimas,
que disfrutaste como nada más
en este mundo,
proclamabas en voz alta el amor
que me tenias y mi poca apreciación.
Sabías perfecto como deshacerme.
No diste un paso en falso y
te creíste muy importante.
Eres buenísimo en publico,
pero…
nunca me engañaste.
La diferencia entre los seres que somos,
es ridículamente innegable.
No me dejaste nada,
borrar tu rastro fue lo más fácil.
Saber que existen cosas como tú
en éste mundo me impresiona.
No hay nada que desearte,
me siento agradecida de salir
airosa de esta batalla que
siempre tuvo mi nombre
como ganadora…
Fotografía por Jocelyn Catterson
Just Wenn