Relatos de una prostituta

Pamela

Sonríe y ríe (se podría decir que es el alma del bar) camina meneando su hermoso cuerpo, luce unos tacones negros altos de charol. Un poco extraños ya que por lo regular no veo mujeres en este ambiente con esos tacones, viste un vestido rojo pasión al igual que sus labios que en cualquier momento podrían gritar un BESAME!!!

Se acerca a mi mesa, rodea la silla en la que estoy sentado me envenena con su suave aroma y me pregunta. Como te llamas? Mientras me da una agradable sonrisa, yo, soy Pamela. Me extiende su mano, la tomo y la invitó a sentarse a mi mesa.

Llama al mesero y pide un whisky a las rocas. Yo solo pido una cerveza. Se ríe y me dice al oído. “La cerveza es para jotos”, regresa a su silla y toma con delicadeza un cigarrillo.

Entonces mi amor?, A donde vamos? Quieres a tu departamento? Quieres ir a bailar, conozco un hotel que me encanta. Tú dime.

-yo no respondo. Suelto una sonrisa tímida un tanto infantil- Pamela me toma de la mano, me acaricia, me ve con esos ojos brillantes. Hermosos, tú no te chivees mi amor, -ríe- mira, yo puedo actuar como si tú y yo fuéramos novios, si no quieres una puta en tu cama puedes tener al menos una novia de una noche, por mí no ahí problema soy muy cariñosa y te puedo complacer en todo.

-la veo a los ojos, le muestro una sonrisa, ella tuerce los ojos- se desespera. La veo dar largos y placenteros fumes a su cigarrillo, lo disfruta tanto. Tomo de mi cerveza mientras ella observa el humo que sale de su boca para perderse en el infinito.

Me pregunta, Sabes por qué me gusta fumar? Veo su cara y le respondo un tímido “por que? Ella me toma la mano, la acaricia me muestra una sonrisa y me dice, por qué es tan placentero, es como si tuviera algo, tú ya sabes, en la boca y eso me gusta. Me encanta.

Siento su mano fría, veo su esmalte rojo como sus labios. A qué te dedicas, me pregunta. Te he visto varias veces por aquí y me cae de raro que nunca, nunca le hablas a alguna de mis compañeras veo que solo llegas te tomas unas cuantas copas y te vas. Que aburrido eres, aquí se viene a divertirse, a reír, a tomar, a coger. Eres casado? Tienes Novia, novio? Pregunto ya que está muy de moda ser jotos. -ríe- que pena, se pierden de un culo como el mío, ni modo,

Entonces no vas a contestar? Fumas? -me ofrece un cigarrillo-. No te molestes, -le digo-, yo trigo los míos. -ríe-, nunca me habían rechazado un cigarrillo, la veo me río y le digo apretando su mano delicadamente, -siempre ahí una primera vez-. Háblame de ti ándale, ella insiste.

Bueno, trabajo para un periódico. -interrumpe- ha, eres periodista?, No, soy escritor, escritor fracasado. como? Fracasado? Por qué? Insiste. Si, ser escritor es volcarse a un fracaso inminente, es como el suicidio pero en vida.

Entonces estás muerto? Pregunto ella con una risa entre labios., Digamos que si. -ella ríe- que estúpido eres, teniendo la vida de frente y decir sarta de pendejadas.

Yo debería de estar muerta y mírame, estoy platicando con un pendejo, pendejo pero interesante. Cuéntame más. Ándale.

Bueno ya te dije. Si, -interrumpe-, pero no me has dicho lo más importante cariño, casado?. No Pamela, lo estuve hace poco pero ella me dejó, simplemente no pudo con alguien que vive de fracasos, no pudo con un wey que es todo menos hombre.

-pamela saca otro cigarrillo mientras escucha detenidamente- entonces estás solito?

Si, muy solo -yo río- y tú Pamela? Háblame de ti.

Que raro,- responde ella- nunca me habían preguntado por mi, pero siempre ahí una primera vez, no crees.

Bueno, que más da. Yo…

-Menea su bebida- Oye ahora, ahora regreso. Pamela se levanta de la mesa y se dirige a una puerta alejada del público.

Pasan dos horas, y la veo de nuevo, ahora vestida de coneja, unas orejas grandes caídas, un poco viejas. Su disfraz es negro luce unas medias hermosas que podrían ser parte de cualquier fantasía ahora sus pies lucen unos tacones negros altos aunque se vea más “sexy” no deja de tener ese toque elegante que la caracteriza.

Me ve, se acerca a la mesa. Todavía sigues aquí? Pensé que ya te habías ido, pensé que alguna de mis compañeras te había llamado la atención. Pero veo que no. -pamela toma asiento- muestra una sonrisa. Ah qué mi escritor fracasado, que extraño es.

Como llegaste aquí? -le pregunto- ella sorprendida se quita sus orejas de conejo y las deja a un costado, -ya me estorban y aparte hacen que me duela la cabeza- saca un cigarrillo y lo enciende. Mire escritor, tengo 28 años, aquí tengo 3 años.

La verdad estoy aquí por dos cosas, me gusta el dinero fácil y me gusta coger. Gracias a esto saque mi carrera, empecé a ser puta desde que iba a la universidad. Siempre he sido muy femenina, muy sexy me gusta vestirme y verme bien y eso le gusta a muchos hombres en la escuela pues practicaba deporte iba al gimnasio trataba de lucir bien. En la escuela mi primer cliente fue un maestro siempre me trajo ganas hasta que le di entrada, era un pinche viejo no aguanto nada y por poco se me muere -ríe- esa ocasión no me pagó con dinero, me pasó en su materia. Lo hice por eso.

Después de ese wey, me di cuenta que podía utilizar mi cuerpo para cualquier cosa. Con el pude sacar provecho de todo y hasta la fecha lo hago. Por ejemplo, cuando no tenía ganas de hacer algún trabajo o no me interesaba le decía a cualquier pendejo de la escuela. Algunos estaban bien pendejos por qué me pedían cosas bien fáciles por ejemplo en una ocasión me pidió un tipo que fuera a su casa solo a decir que era su novia. -ríe- imagínate solo eso y ya pobre pendejo, su madre me dijo que ella pensaba que su hijo era jotito. Cuando quería algo de el simplemente iba a su casa y ya era uno de los más fáciles.

En la escuela me di cuenta que el hombre está bien pendejo para cojer, están bien estereotipados que si por qué la tienen grande o chiquita, que si por qué están guapos. Aquí por ejemplo las nuevas solo quieren coger con los más guapos y vieras cada sorpresa que se llevan pobres pendejas.

-Levanta la mano- se acerca el mesero, -pide lo mismo, lo de siempre-. Soy arquitecta, por si te lo preguntabas. Me encanta el dibujo, el diseño aunque nunca me he dedicado a eso. Solo terminé y ya.

El hombre solo piensa en meter su chingadera y ya. Ni un besito ni una caricia, nada solo penetración y ya. Como pinches perros, que asco.

Antes fui puta de casa, trabajaba en una casita allá a las salidas de la ciudad de México pero era bien aburrido puro anciano. Eso sí mucho dinero. Era fácil ya que los viejos se calientan por cualquier cosa. Solo por qué me dejaba agarrar las nalgas me daban dinero y eso es facilísimo.

Ahí me enseñaron a bailar, pero a bailar bien. Bailes refinados no esas pendejadas del tubo. Soy puta pero nunca en mi vida me rebajaría a eso. Que asco ahora resulta que cualquier pendeja puede bailar el tubo. Por eso lo detesto por qué cualquiera lo hace hasta los jotos -ríe- yo sé bailar danzón, vals, tango. Esos si son bailes eso bailo, me han ofrecido el tubo pero no, que asco.

El mesero trae su bebida- le da las gracias y él se retira. No me toma en cuenta.

Mí nombre real es alondra, pero aquí me dicen Pamela. Me gusta no me quejo, ese nombre lo escogí por qué antes salía con un chico. Antes que me dedicará de lleno a esto. Ese wey era un rey. Lo tenía todo. No era guapo pero era un hombre de verdad. No tenía músculos ni nada al contrario estaba todo flaco. Pero sabía muchas cosas, era educado, elegante. Me trataba de lo mejor el es el único hombre que me ha sacado un orgasmo, de verdad, el único por qué todos los demás están bien pendejos.

Dure con el 2 años. Casi me caso con el hasta que me di cuenta que me ponía el cuerno, la vieja con la que me lo ponía no me llegaba ni a los talones. Se llamaba Pamela, Pamela era una puta, yo ahora soy puta así que me tenía que poner el nombre de una puta por eso escogí ese. Soy Pamela, Pamela la puta. -ríe-

Apoco no te gusto? -pregunta- mírame, -se pone de pie- ya quisieras una vieja así, así cabron, se nalguea- tócame, siente lo que tengo, y todo esto es natural, nada de falsos. Podría ser fácilmente la mujer de tus sueños.

Dime? Tú esposa estaba mejor que yo? Seguramente te dejo por qué eres igual que todos los cabrones con los que he cojido-

Me toma de las manos y las lleva a su cuerpo, anda tócame siente lo que tengo, tal vez podría ser para ti. -quito mis manos, saco un cigarrillo y lo enciendo. Creo que ya se por que te dejo tú esposa, eres joto. Si, eso pasa eres joto. -ríe-

Pamela toma asiento de nuevo. Se queda callada, saca algo de su entrepierna, no se que es y se lo da a otra chica, no pregunto, pero seguramente es droga.

Yo no tengo familia, bueno si tengo pero para mí no existen. No soy de la ciudad, soy de Querétaro mi familia es de dinero, acomodada pero tienen un problema, son sumamente católicos, estudié muchos años en un colegio de monjas mi mamá quería que yo fuera monja pero ahí no que aburrido. Cuando viaje a la ciudad de México por cuestiones escolares les dije a qué me dedicaba, el por qué no necesitaba su dinero. Se enojaron demasiado así que simplemente me dejaron de hablar. Pero me da lo mismo, tengo esto -agarra sus pechos- y con esto tengo todo asegurado.

Mira -me señala con el dedo muy discretamente- ese wey ha venido diario, viene por mi, pero la verdad me da asco. No ves que asco es gordo. Y se que viene por mi por qué me ha pedido un chingo de veces. Yo me hago la tonta, me voy con otros o simplemente no salgo, hasta que se va. Odio a los gordos, aparte de que es incómodo con ellos tienen la verga chiquita, que asco, se que en esto se le entra a todo pero eso sí yo no me meto con gordos, soporto a los ancianos pero a los gordos no.

Aquí me ha pasado de todo. Me he sabido cuidar. He abortado dos veces, si la cagué y me arrepiento ya que no se debe de hacer, pero lo tenía que hacer. Aún no es momento de tener hijos.

Por ejemplo, ahí clientes bien extraños, hombres que solo vienen por mi para salir a comer, hombres con gustos bien extraños por ejemplo uno tipo viene los miércoles ya hasta se -ríe- me busca como la conejita. Así tengo que salir con el. Así como me ves. Me lleva al hotel me tiene parada y él se masturba así como así, yo no hago nada, absolutamente nada. Es bien aburrido pero paga bien eso no lo niego. Otro tipo me paga por hacerlo llorar. Existe otra clase de hombre que me cae mal, son los narcos. Los odio pero a ellos no les digo que no, se creen cagados por dios, pero están bien pendejos, creen que por traer armas pueden hacer lo que quieran. Se ponen todos idiotas con sus chingaderas y se vuelven más fastidiosos.

Una vez me agarró la policía en una fiesta con esa gente. Estaba en Cuernavaca llegaron por nosotras un domingo, la supuesta fiesta duro cuatro días, días donde solo pinche pizza fría comíamos, dónde a los culeros ni la verga se les paraba por qué estaban hasta la madre de droga. Llego la policía y bien fácil se los cargaron. Ahí saque buen dinero aunque me quitaron para dejarme libre y no pisar el ministerio público.

He ahorrado, me gusta ser puta pero no toda mi vida lo seré, quiero ser una mujer de bien alguien aburrida, como todas las mujeres de allá afuera, como la que era tu mujer. He estado ahorrando para irme a estados unidos o a Francia. Se hablar inglés, se franceses así que puedo irme para allá. Estoy más preparada que cualquiera que veas aquí.

Me paro para ir al baño, me tardo un rato, cuando regreso Pamela ya no está. La busco por el lugar pero ya no la veo, se ha ido pero ha dejado una nota, no se alcanza a ver así que la guardo, en la mesa deja un cigarrillo, su vaso con restos de su bebida, y en el ambiente un hermoso olor a perfume que rápidamente se va perdiendo.

Tal vez nunca encuentre mujer como Pamela, tal vez sea la última vez que la vea.

Hablo al mesero, pago y me voy.

Fotografía por TolikTolik TolikTolik