Relatos de Gente que Muere (Abril)

He empezado a llorar, no puedo parar. Es la primera vez que lloro en este aislamiento. Todos estamos aislados unos más que otros, algunos tantos han muerto y otros como yo estamos enfermos.

He escuchado a mis vecinos reír, reír a carcajadas. He escuchado a la madre gritarles a sus hijos cuanto los ama. También los he escuchado llorar. He escuchado su televisor, su música y sus pasos al momento de bailar.

Antes me fastidiaba de sobre manera escuchar a esa horrenda familia ser feliz, no se que era. Su perfección? Son tan perfectos. Cómo hubiera querido una familia así. Por eso los odio. Ahora, Ahora en este aislamiento puedo quererlos ya que se que ellos no morirían como yo lo hago.

Cómo lo mencioné estoy enfermo. tengo días así. Si, tengo el virus de moda, no sé cómo me he contagiado, no se en que momento paso o cuando paso. Nunca salí de mi estado y como lo haría? si con mi trabajo mediocre no podría salir ni a la ciudad más próxima a la mía.

Me he sentido fatal. No sé si estoy enloqueciendo o tal vez el virus “de moda” reclama mi vida.

Tal vez estar solo en estás circunstancias no era lo mejor, pero a quien le podía llamar? Todos me odian. Mi padre me odia, si tuviera la oportunidad me mataría a golpes. Mi madre solo se gasta su tiempo en recordarme que por mi culpa su vida es una mierda.

Y no la culpo, quedó embarazada de mi en el mejor momento de su vida, gracias a mí se casó con un hombre que nunca la quiso, corto sueños y aspiraciones mientras el le recordaba lo inútil que era cada día, cada semana, cada año. Tenían momentos felices, y esos son los que más le duelen a mi madre.

También gracias a mí y a la gran apuesta que muchas personas (injustificadamente) hicieron tire por la borda un futuro brillante al ya no seguir con el trabajo de papá y luego como un vil y estúpido adolescente seguir un sueño poco viable para todos. Pero a quien se le ocurre en su sano juicio estudiar artes? Artes. ARTES EN ESTE PAÍS DE MIERDA!!!!!

Mis amigos se han olvidado de mi. Algunos de vez en cuando preguntan mi estado de salud pero solo por mera curiosidad. Algunos a la distancia me han ayudado y les doy las gracias. Otros tantos solo se han quedado hay contemplando como muero en este apartamento lejos de sus vidas.
He tenido un fugaz apoyo de gente que nunca pensé que me tendería la mano y estoy sorprendido. Ahora entiendo aquel dicho que decía mi padre cada que llegaba borracho a la casa. Ahora entiendo cada ofensa que me daba.

Y está en lo cierto. No le importo a nadie. Nadie en su sano juicio estaría con una persona tan estúpida como yo. Gracias padre.

He empeorado. Por momentos no puedo respirar, muero lentamente y la fiebre me consume. me ahogo mientras respiro y está bien. Para que seguir? Para que?

Para regresar al trabajo que odio? Para fingir felicidad?
Para recibir abrazos falsos de gente que solo está conmigo por ocasión.
Para que seguir con vida? Soy un fracaso, un estorbo, una perdida de tiempo.

Recibo diariamente llamadas de médicos y de hospitales que ni siquiera sabía que existían solo para preguntar mi estado de salud. Mientras les digo que todo va bien en realidad no es así. Al menos les doy las gracias ya que me dan un minuto para hablar con alguien.

Según ellos voy mejorando y soy ejemplo para muchos que hipotéticamente están peor que yo; pero no es así. Estoy muriendo. Muero lento muy lento.

No he comido bien, no tengo ganas, no puedo ni tomar agua. Tal vez la fruta que compre al inicio de todo esto ya no sirva.

Me pregunto cómo será volver a ver el sol. Volver a sentir el aire correr entre mis cabellos, escuchar nuevamente el canto de los pájaros, si me hubieran dicho que aquel lunes sería la última vez que vería a mi vecina le hubiera contestado su saludo.

Me arrepiento no hacer tantas cosas, me arrepiento de no decirle a ella antes de que partiera que la quería demasiado. Me arrepiento de no ser feliz cuando pude.

Ahora muero de la peor forma. Ahora un virus se lleva mi vida mientras escucho a mis vecinos como ser felices

Fotografía por Richard P J Lambert