Un cuerpo sin vida vaga a diestra y siniestra, hundido en otra súbita inconformidad.
El sentimiento lo enflaquece al instante que enuncian una simple pregunta: «¿cómo estás?».
¿Dónde se refugiará? ¿Qué sitio le concede la garantía de escabullirse de si, y desecha la angustia que infunde pensar en algún día acabar por reencontrarse?
EL PLEBE MÁS DARKS DEL RANCHO.