Reconciliación

Hace tiempo que empecé a escribir encima de mis fotografías. Primero lo hacía mezclando una foto de mi cuaderno con algo escrito, luego escribiendo directo sobre el archivo digital a través de una tablet, finalmente escribiendo sobre una fotografía impresa y escaneándola.

Quizá es una práctica similar a la del collage, ¿no? Dos o más elementos con significados distintos que operan juntos para crear una tercera cosa. Es más, es una práctica de montaje. El montaje es una categoría más amplia incluso que la del collage.

Ya no quiero seguir escribiendo encima de mis fotografías. Quiero que hablen solas, eso digo todo el tiempo. Pero eso sólo es válido si pienso que lo que escribo no es parte ya de la imagen en sí.

Me molesta más bien por vanidad, porque pienso que no es lo suficientemente original. Pero al final es lo que me gusta: me gusta la imagen y me gusta escribir. Me gusta pensar en cómo las letras también son imagen. Me gusta escribir sobre fotografías.

Me gusta escribir sobre fotografías.