Que son azul y nosotros verde

Hay personas que hacemos más ruido cuando nos quedamos callados.

Habemos quienes no necesitamos un discurso y quinientos reproches
para dejar en claro lo que se piensa,
para explicar
que somos polos opuestos,
que nosotros somos desiertos
y ellos mar;
que son azul
y nosotros verde.

Somos quienes, con distancia,
con cautela y sutilmente,
creamos mundos,
destruimos barreras
y esquivamos todo obstáculo
sólo con un par de ojos.
El rojo de los labios.
Lo recio del hablar.
De muy pocas palabras.
Habemos quienes
pisamos fuerte.

Dicen que
destrozamos corazones
sólo por ser quienes somos.
Pero nos ganamos otros mil
por pensar como pensamos.
Que hablen.
Pues de lema traigo
que siempre vale la pena
reírte más fuerte,
ser mas irónicos
observar antes de hablar,
pero soltar como flechas las palabras.
Que siempre vale la pena
Intentar un poquito más.
Por lo que el corazón dice.
Rayar en la insistencia.
Lograr en lo imposible,
lo que nadie se atreve.
Agarrar tus cosas e irte
de donde ya no les servimos.
Y sólo porque hay lugares mejores
donde florecer o, más bien, sembrar.

Corazón, alma, todo lo que apasiona (por citar algún ejemplo).
Nos atrevemos a sentir otra vez.
A amar y a montones,
sin pensar si en mañana sale el sol,
si el atardecer será precioso o un fraude.
Pero, nos atrevemos,
damos hasta lo que nos falta por tener

(Por citar algún ejemplo).

Y es fantástico
poderte quedar sin nada,
porque de las cenizas vuelan
y nada se rehace de ahí,
sino de ilusiones o esperanzas
que creamos, que abrazamos;
de que un día, al fin,
llegue eso, ese alguien, esa cosa
que era justo a la medida para nosotros.
O quizá no y estamos bien también.

Fotografía por Alberto Polo Iañez.