Qué magia sucedió

Cuéntanos un poco sobre ti y cómo te iniciaste en la fotografía. ¿Qué te inspiró a comenzar a hacer fotos?
Mi padre es artista visual y él me regalo mi primera cámara digital a los 10 años, una Sony bien compacta que tenía todo automático, más adelante como a los 15 años me regaló su Pentax K1000, aunque esta cámara no la utilicé hasta hace un par de años. El trabajo artístico y fotográfico de mi padre fueron mis primeras inspiraciones para comenzar a tomar fotografías, pero sumado a esto, crecí en un hogar donde la televisión sólo funcionaba para ver películas, y desde muy pequeña soy cinéfila. Recuerdo que en mi adolescencia me gustaba tomar fotos que según yo recreaban paisajes que había visto en películas.

Cada quien tiene un estilo único. ¿Puedes describir cómo definirías tu estilo y qué elementos visuales o conceptuales lo caracterizan?
Soy estudiante de cine, y si algo he aprendido en el cine es a desapegarme de un estilo único, ya que siempre trabajamos con guiones que requieren distintos tratamientos visuales. Sin embargo podría decir que cuando hago fotografía de retrato, me encanta utilizar un lente Canon fl 55mm f1.2, cuya textura y desenfoque me encanta. Los retratos que hago suelen ser en paisajes donde la naturaleza es la que manda, no sólo el rostro del retratado. Hablando de algún elemento técnico, usar largas exposiciones es algo que disfruto. Ahora que reflexiono sobre todo esto, me doy cuenta que probablemente algo que caracteriza mucho mi trabajo son las dobles exposiciones, en parte porque me remiten a las transiciones en el cine, en parte porque me gusta yuxtaponer imágenes, en parte porque en el fílmico siempre es una gozadera no saber hasta que revelan el rollo, qué magia sucedió.

La fotografía tiene el poder de contar historias y transmitir emociones. ¿Puedes compartir una experiencia en la que una de tus fotografías haya tenido un impacto significativo en las personas o en ti mismx?
Recientemente formé parte de una exposición de fotografía análoga en blanco y negro llamada Ciudad de carne, sueños y demonios. En ella mostré una serie llamada “Despabilo”, en donde se muestra a una persona que al verse al espejo está deformada debido a que se encuentra afectada por el como la mira la sociedad, y conforme avanza la serie encuentra la paz mental. Hubo gente que me lo dijo en la misma sala de la exposición y otros a través de mis redes sociales, pero el texto y las imágenes resultaron conmovedoras para otras personas que como yo, se han sentido abandonadas en esta ciudad.

¿Cuál ha sido tu proyecto fotográfico más desafiante hasta la fecha y por qué?
Mi proyecto fotográfico más desafiante hasta la fecha es un corto que dirigí en blanco y negro en 16 mm. El dirigir me hizo reflexionar sobre cómo abordar la fotografía desde otro punto. Realicé primeramente un guión, hice toda una investigación visual para poder comunicar a mi equipo cómo quería que todo se viera y que se sintiera; después junto a mi productora realicé un video board en la locación en donde se iba a filmar. La diferencia entre el cine y la foto fija es el movimiento, al agregarle este elemento todo se complejiza exponencialmente. Me enfrente a 24 fotos por segundo y lograr que entre corte y corte la fotografía fuera orgánica, que se sintiera como parte de un mismo elemento y que a la vez le fuera fiel a las palabras escritas en el guión, fue algo realmente difícil. Fueron muchas horas de plática con todo el equipo de trabajo, con la gente de arte que construyó todo, así como con la persona que se encargó de la cámara.

La tecnología y las herramientas de edición de fotos están en constante evolución. ¿Puedes hablarnos sobre las técnicas y equipos que consideras esenciales para tu trabajo?
La verdad es que suelo editar mis fotos en la versión de Lightroom disponible para el celular. Si la fotografía lo requiere la edito en Photoshop en mi computadora, pero por lo general con el puro celular es suficiente.

Hay muchos géneros en la fotografía, desde retratos hasta fotografía de naturaleza. ¿Tienes un género favorito en el que te sientas más cómodx o que disfrutes más fotografiar? ¿Por qué?
Probablemente mi género favorito sea el de retratos, y esto por la libertad que permite para recrear lo que se ve más allá del simple retrato. Con elementos que se ponen en cuadro podemos contar mil historias, y a la vez se puede combinar con otros géneros como el de paisaje. Siento que el retrato puede ayudarnos a entender a una persona, cómo se comporta, las cosas que le interesan, y a la par entender el espacio o espacios donde se desempeña o se mueve.

¿Puedes compartir una anécdota interesante o inusual que hayas experimentado mientras hacías fotografías?
Una vez en un llamado en Patzcuaro, por alguna razón la directora casteó a un actor que en realidad es un fotógrafo del New York Times, entre otras plataformas, llamado Russell Monk. Recuerdo que estando ya en set, yo saqué mi cámara análoga de 35mm, una Canon Flex R2000, para tomarle un retrato y cuando él vio mi cámara posó para mí y me contó de sus experiencias de vida con la fotografía. Fue un momento emotivo debido a que conectamos a través de nuestra pasión por la luz.

Muchos fotógrafos encuentran inspiración en otros artistas visuales o en la vida cotidiana. ¿Cuáles son algunas de tus fuentes de inspiración?
Encuentro mucha inspiración en el trabajo fotográfico de mujeres como Graciela Iturbide, Maya Goded, Flor Garduño, Mary Ellen Mark y Francesca Woodman. En cuanto a los varones, Josef Koudelka y Pedro Valtierra probablemente sean de mis fotógrafos favoritos. Debido a mi formación existen ciertos cineastas que sin duda me han marcado, gente como Roger Deakins, Andrei Tarkovsky, Win Wenders, Sven Nykvist, María Secco, Chunguéate Chung-hoon, Emmanuel Lubezli, Gabriel Figueroa, entre muchos otros. He visto muchas películas con fotografías remarcables. Dos de las personas que más me inspiran, no sólo por su trabajo, sino también como personas, son mi padre, un artista visual, y mi mejor amigo, Iván, un cineasta. De ambos puedo decir que sus obras suelen conmover mi alma y mi corazón en gran escala, es una dicha poder tenerlos cerca de mí y que haya una retroalimentación constante sobre nuestros trabajos.

La fotografía es un medio visual, pero a menudo también tiene un trasfondo conceptual. ¿Has trabajado en proyectos fotográficos que aborden temas o conceptos específicos? ¿Puedes compartir información sobre uno de esos proyectos?
He realizado un par de series fotográficas en las cuales me gusta trabajar el tema de lo onírico. Realicé una serie de autorretratos donde se muestra a un personaje que busca liberarse de una atadura mental y encuentra la inspiración dentro de sus sueños. Hay un montón de telas blancas que son el símil de los lienzos en blancos y después encuentra que lo que debe de pintar en ellos está en sus sueños.

En la pandemia realicé una serie sobre el confinamiento y lo atrapada que estaba mi mente, y cómo el arte, en mi caso la fotografía fue la manera de sobrellevar todo.

Recién realicé una serie sobre cómo la forma en la que te mira la sociedad puede llegar a afectarte, a afectar tu juicio sobre ti mismo, hasta el grado de sentir que nadie te entiende. Para esta serie realicé dobles exposiciones entre un ojo y la transfiguración de una persona que se mira en el espejo.

Este año también trabajé en un breve ensayo entre la luz y la oscuridad, de un hombre de la tercera edad que perdió la vista y cómo sobrelleva la vida ahora.

¿Qué te inspira a la hora de crear nuevas imágenes? ¿Tienes algún ritual o proceso creativo que sigas para encontrar inspiración?
Me gusta estar constantemente revisando las obras de la gente que me inspira, así como hojear los libros de historia del arte de mi padre. De a poco esta constante exposición me van generando ideas que anoto en una libreta y cuando se abre un espacio en la escuela de cine, me gusta materializar ciertas ideas preconcebidas.

Para lxs aspirantes a fotógrafxs que puedan estar leyendo esta entrevista, ¿cuál es el consejo más valioso que has recibido en tu carrera o que te gustaría compartir con ellxs?
Mario Luna, el profesor que nos da Cinematografía Uno en la escuela, por cuyas manos han pasado los estudiantes de cine desde 1976, nos decía siempre que la mejor cámara es la que tienes en la mano. Es decir, no se requiere de la última tecnología, ni del equipo más caro, se requiere de pasión, se requiere querer contar algo, se requiere querer transmitir algo y a veces ese algo se manifiesta de manera espontánea y ya sea con el celular, con una cámara estenopeica, o con la cámara que estés cargando, aprovéchalo y dispara. A la par de esto, como cualquier otra cosa en la vida, la fotografía requiere disciplina y hay que estar constantemente nutriéndose y aprendiendo.

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@paeulini