No puedo afirmar que soy buena persona.
He tenido golpes de suerte para parecerlo.
saber diferenciar lo real de lo que quieres que me crea,
no es para alegrarse.
Resulta que mi super poder se llama desconfianza,
darte la mano con los ojos cerrados sería mi decepción.
Me describiste como una terrible persona
porque no somos iguales.
Mis criterios de vida son personales,
a pesar de eso, la poca fe que reparto siempre
es sustituida por incredulidad.
No hay sentido común.
Me mantengo en el mundo que creé para mí,
donde no estoy obligada a continuar un camino ajeno
o guardar silencio por respeto.
No tengo que defenderme o esquivar comentarios
mal intencionados camuflajeados con sarcasmo.
Te doy el privilegio de ser públicamente
la mejor persona de los dos
y que el karma se olvide de ti.