Debajo del concepto, la idea.
Debajo de tu tacto, la piel.
Aquí te dejo sobre la mesa los pedazos de una idea.
Después viene la pregunta, a regarse: ¿por qué?
Mira, debajo de la mesa, entre los muslos, la piel.
Después viene el sabor amargo: mentira.
Entre tu piel y su piel, la conexión.
Entre mi piel y tu piel, infiel.
Aquí te dejo sobre la mesa, el licor regado de la venganza.
Después viene la cruda moral y la pregunta que no calla: ¿por qué?
Mira debajo de la mesa, entre mis muslos, la piel que no es tuya.
Después viene el sabor amargo, vomitar el dolor que me causa.
Una geminiana-cholita-ñoña-kawaii que apenas está empezando a entender que el tiempo es un concepto, y yo, una idea.