Paso de largo

Me serena el pulso tu dedo cuando me dibujas garabatos en la espalda.
Me serena la voz, hasta temblar, cuando me susurras un te quiero.
Serena me dejan tus palabras quietas, las historias limpias de rencor.
Serena te busco cuando te aturde la efímera realidad, cuando nada te hace sentir vivo.
Sereno entras tú en mi rutina para alborotar sonrisas y reconciliar las ganas de amarte así, cada vez con mas facilidad.
Con tal agilidad, te das derecho de también desbordar palabras burdas de mi hasta que me ensucio de mi.
Hasta que me revienta la incertidumbre y te salpico de desecho emocional.
Te das derecho de venir y romper las cadenas de mi reprimida materia gris para dejarlas desatadas y desorientadas florecer en donde caiga la semilla.
Tienes derecho porque el derecho tengo yo de dártelo.

[…]

La frontera que me vestía para no sentir. Has de saber que fuiste tú quien la abrió sin obstáculo.
Y por esa misma puerta fabricada arrasaste conmigo, tomándome de la mano como si fuera el corazón, y tomándome el pelo también sin remordimiento.
Sin más que hacer empaco lagrimas, arraigada a la idea que todo aquí está bien, para enviarlas a donde no podré ir a reclamarlas, pues no tienen por que rodar en mi.
Sin más que hacer, desempaqué entusiasta cada adorno frágil, como besos dulces y cantos sinceros que cargo desde que tengo memoria, pero no sabía dónde contrastar hasta que tú.
Hasta que tú apareciste con una propiedad en donde caben todos, sin estorbar los que has coleccionado en el camino.
Acomodando uno a uno en donde tu corazón reside, pasé de largo el hecho que tienes complejo parecido a un sismo, y podría hacer añicos inesperadamente todo lo que te adorna, incluyéndome a mí.
Pasé de largo, porque si lo paso a la razón, mis pies correrán contracorriente a ti.
Y uno no se libra fácilmente de tremendo drama, uno no se puede sanar de pronto a tal huracán emocional.

Entonces paso de largo porque si lo paso a la razón de mí nada quedará.

Fotografía por Coastal Driver