Sucedió que un día se acabó el café, y también tus besos.

Que derramé la malteada y algunas lágrimas.

Que corrí al trabajo y no a tu casa.

Que pasé las horas jugando con un lápiz en lugar de jugar con tu cabello.

Que pensé en ir a buscarme y no a buscarte.

Que moría de sueño y no de ti.

Que no supe cómo decirte que no, y terminé diciéndote una vez más que sí.

Pasó que un día pasaste… pero ya no sucedías.

Fotografía: Lukasz Wierzbowski