¿Por que tienes que estar ebrio para poder decirme las cosas? Y no es que me moleste, ¡que va! Como si a alguien le molestara la cerveza. A lo que me refiero es que no puedes ser sincero sin brebaje mágico y entonces ya no se cuanto de lo que me dices es totalmente cierto.
Sí, ya se que los ebrios y los niños siempre dicen la verdad pero contigo nada es seguro, eres tan cambiante como el clima, soleado cuando ríes y hablas de lo que te gusta, pero gris cuando me dices que no, que es mejor así ¿tú como sabes que es bueno para mi?
Al final, siempre terminas tomando decisiones por los dos, me sacas de la jugada, dices que no y ni siquiera sabes la pregunta, te da miedo lo que aún no ha sucedido y ese es el problema, te anticipas a algo inexistente. Y digo inexistente por que tus miedos nunca nos dejarán ser. Yo aquí y tu allá, viviendo nuestras tristes vidas separados, siendo dos, como la gente normal, con todo en contra, creo que esta vez el viento no estuvo a nuestro favor, pero, ¿Cuándo lo ha estado?
No me gusta peinarme. A veces sonrío. Sobreviviente del corazón roto.