A mi nunca me dijeron nada, ni cuándo, ni cómo, ni porqué. La tía Patricia, aún con su matriz infantil intentó explicarme, pero terminó llorando y abrazándome, llenándome de lágrimas, amor, mocos y envidia. Mi padre, tartamudeaba cuando quería hablar de eso, pero bueno, tuve que responder mis propias preguntas. Ahora sé que las curitas no pararán el sangrado y me dolerá al arrancarlas, también sé que las toallas femeninas tienen muchos químicos y producen mucha basura, pero la copa señores, la copa es lo de hoy, al principio me asustaba un poco la idea de meter ese vasito y llenarlo con mi fluido carmesí. Descubrí que guardar tu sangre es muy importante, digo puedes abonar tus plantitas, dar volumen y brillo a tu cabello, pero lo que nadie te dijo ni te dirá (a excepción de mi) es que la sangre de tu tercer mes, en tu tercer día, es un ingrediente clave para una pócima de amor, hubiera preferido que fuera para generar más dinero, pero bueno. No me preguntes cómo lo supe, tú sólo mezcla tu sangre con 3 ml de aceite de ortiga, 4 gramos de ceniza de pino, una pizca de amapola (ojo, cuando lo mezcles piensa en tu víctima) frótalo en cuello, manos y pecho. Siéntete libre de usar mi receta, te quiero.
Fotografía: Stefano Majno
Le caigo bien a los vagabundos, pero luego no me los puedo quitar de encima.