Querido amigo, no estoy triste, solo tengo un nudo en la garganta saliéndose de mi bolsillo. Me gustaría contarte todo esto en persona, pero ya ves, no aceptan visitas en el manicomio. Me gustaría revivir ese día cuando un dron nos espió por la ventana y le tiré rábanos para que se estrellara. Gracias a eso el mundo supo que fui amiga del buen Charlie Kaufman. Y gracias a ti, pude inmortalizarme como Clementine. Joel siempre te culpó de mi demencia pero, por favor, no vivas con la culpa.
PD: Me encanta pensar que, si volviera a 1968, quemaría las cintas de Fleischer para desaparecer Boston Strangler de mi mente.
tu eternal sunshine
Fotografía por ikebanalena
Corrección, estilo y variaciones de la lengua española. Universitat Autònoma de Barcelona.
@spiritually_punk