Ráfaga de viento en la intempestiva alma que llevas en tu cuerpo, la beso así no creas que exista. Tus ojos como un mar indescifrable me llenan de calma, brilla como esa luz tenue que entra por tu ventana, déjame volverme medialuna en tu amanecer o atardecer. Vamos a sonreír un rato, a perdernos sin mirar el tiempo, en el abrazo y en nuestro indeleble tacto.

Fotografía por Lars Wastfelt