Obrigaggi es un disco que se siente en la entraña cuando lo escuchas por primera vez, emociona, a mí me hizo sentir como flotando en una ola de fluorescencia azul que te mece, te sacude, te revuelca, te vuelve a mecer pero nunca te ahoga. ¿Ustedes a dónde llegaron cuando lo escucharon por primera vez ya terminado y listo para lanzarlo al mundo? 

Jonás: Para mí es un disco plagado de recuerdos y lugares. Cada canción me transporta a un lugar o a un momento. 

La noche en que tuvimos en nuestras manos todas las mezclas terminadas fui a visitar a Jerónimo con un amigo que tenía el corazón muy lastimado. El disco estaba sonando en su departamento y nuestro amigo lloraba mientras lo abrazamos y a ratos reíamos. Me acuerdo de sentir mucho amor y amistad, y saber que el disco contenía mucho cariño. Cada canción del disco me trasmite recuerdos como este, algunos muy alegres, otros melancólicos, pero siempre rodeados de amor. Es un disco que lo siento como un abrazo. 

Grabaron este disco en la selva junto a un río, ¿cómo influyó la naturaleza en su proceso creativo? 

Jonás: Creo que este disco no hubiera sido posible sin estar ahí. Estuvimos todos juntos diez días en un lugar alucinante y al mismo tiempo para mí muy conocido, pues yo crecí jugando por esos ríos. Todo era muy orgánico, nos levantábamos temprano, hacíamos de comer mientras Mateo montaba todo. Salíamos a desayunar al jardín mientras nos organizábamos sobre qué haríamos ese día. Así hicimos una canción al día, la mayoría inventadas al momento, componíamos y grabábamos e íbamos a nadar al río, mirábamos la luz filtrase entre los árboles gigantescos. Las noches estaban llenas de grillos y chicharras y las mañanas de pájaros por todos lados. Todo eso se metió en el disco porque se metió en nosotros. 

¿En dónde encuentran ustedes el punto más brillante al tocar en vivo? ¿En la conexión que generan con el público, en la conexión que generan entre ustedes, en el trance individual…?

Jonás: Para mí se trata de perderme de mí mismo, de sentir mucho las cosas que digo como si por primera vez encontrara esa palabra o esa nota en el saxofón, cosa que se logra con la conexión que logramos, no siempre sucede, pero cuando sucede es magnífico y le da sentido a todo. 

¿Este disco es para ustedes la invención de un nuevo sueño? ¿Cómo ha avanzado su corazón musical del último disco a este? 

Jonás: En mi opinión expresa algo muy distinto. Los anteriores siempre los sentí como una resistencia. Era difícil hacerlos, era difícil sacarlos a la luz, estaban llenos de furia y nadaban a contracorriente. Eso me gustaba, eso era lo que me parecía valioso en ellos y ciertamente esa furia y ambición abrió camino para este nuevo disco. Ahora no necesitamos hacer ruido para sentir que nos escuchamos, es un álbum nostálgico y reflexivo, su universo es menos hermético y sin embargo es muy abundante. Escribí las letras de La Vida de Alguien Más mirando hacia afuera, hacia las otras personas, este lo hice mirando la ventana de mi cuarto pensando en mi vida. 

En la música y letras de este disco se refleja un mundo onírico, nostálgico que en vivo se vuelve un ritual de encantamiento. ¿Ustedes están conscientes de ello? ¿Lo crearon así a propósito o ese espíritu psicodélico llegó de forma orgánica? Cuéntanos un poco de este camino/proceso. 

Jonás: La verdad no le pensamos mucho pero la mayoría de las letras llegan al mismo tiempo que la música y eso ayuda a que amalgamen. Son canciones que entendemos muy bien, solemos hablar más de la sensación de las canciones que de la manera técnica de tocarlas. Creo que en eso tenemos muy buena comunicación. En vivo sí pensamos cómo llegar a construir un momento especial, pero no lo pensamos mucho y eso es clave. 

En cuanto al espíritu psicodélico me parece que viene de la apertura y la escucha cuando tocamos, nos dejamos influenciar por lo que acontezca, dejamos que las cosas muten y nos acostumbramos a ellas, construimos de momentos muy incómodos momentos de sentido y los volvemos a desbaratar sin ataduras. Eso da esa sensación psicodélica de que todo tiene sentido o está en su lugar y está vivo.

Pensando en este disco como una semilla, ¿qué expectativas tienen de la cosecha? 

Jonás: Sinceramente no lo sé y creo que así lo prefiero. Pero me siento muy bien de que haya dejado de ser solamente nuestro para ser de quien quiera escucharlo.

La palabra Obrigaggi, ¿está relacionada con las “gracias” del “obrigado” en portugués? 

Jonás: No realmente, pero nos gusta su semejanza. Obriggagi es un término de joyería imposible, es hacer una incrustación líquida sobre un sólido. No sé si eso alguna vez fue realizado pero nos gustaba la imagen. 

¿Qué es la poesía? 

Siempre creo que estoy listo para responder esta pregunta hasta que alguien de verdad pregunta. Reflexiono mucho acerca de esto y ha cambiado con los años.

Últimamente pienso que es un momento entre nuestro pensamiento mágico y nuestro pensamiento analítico donde nos es posible nombrar los acontecimientos. Pienso así que todas las palabras tienen un génesis poético que van perdiendo mientras más se alejan de su origen para sólo ser referenciales y meramente analíticas. Sin embargo jugando con las mismas, volvemos a encontrar momentos entre la magia y el sentido, ¡un hallazgo! y las palabras recuperan su potencia. Revelan el mundo en vez de ocultarlo y por supuesto que la música es clave para ello. 

¿Qué es el amor? 

Esta es más complicada y tantas veces se ha respondido tan mal así que prefiero ahora no responder por miedo a equivocarme, pero Lupone una vez me dijo que el amor es cuando ves tu cara reflejada en los ojos de otra persona, a mí me parece un poco cursi pero me gusta, sí creo que tiene que ver con la mirada y con el reconocimiento. Pero también creo que es algo muy basto que tiene dentro muchas cosas cosas que no quisiéramos que fueran parte del amor. Creo que es una fuerza muy potente y amorfa y que deja su rastro en todo.

¿Cómo la música nos puede salvar en estos tiempos de guerras y desasosiego? 

La música es una medicina muy potente, también es una gran manera de hacerte entender y de entender al otro. Esto sin duda ayuda, pero no creo que la música nos salvará de la guerra, no sé si a la música le molesta la guerra, pues hay música muy hermosa inventada para la guerra y para sanar y contar las heridas que la guerra deja. La música viene aparte. Del desasosiego, si así lo queremos, sí nos salva, la música nos hace más dichosos.

Entrevista por Pamela Rivera Méndez
Fotografías por Melissa Lunar