Sientes la brisa de un mar de voces, el escándalo de almas
La marea tímidamente tientas con los oídos
De a poco ingresas respetando con tu cabeza el ritmo
Un raro oleaje te instruye ya con los pies de puntitas
Sorteando el flujo de la energía de girones corporales
Sin fracturarte, rodeas farallones melenudos (que a veces huelen a humedad)
Conquistas el horizonte bajo presión, disfrutas flotando
Testigo de quienes encarnan las melodías que hechizan
Hay fanáticos que se ahogan con cualquier gota de sus dioses
Algunos sabemos que la lírica sólo brota de quienes sangran.