No es de extrañarse, el capitalismo nos jodió tanto el alma que nuestros cuerpos están medio colgando todo el tiempo, viviendo en el reino de la pobreza que nosotros mismos establecimos.

Le llaman «disociación» y juran que una pastilla fortalecerá el vínculo entre cuerpo y alma.

No me atrevo a arrodillarme en donde no pertenezco.

Fotografía por Abel Ibáñez G.