Brújulas de media noche, sin horario y con el Norte fijo.
Estrellas entre montañas,
susurros a oscuras,
tristezas enterradas en las interminables carreteras.
Tumbas.

Brújulas de media noche, sin norte y con los segundos contados.

Café.
Sube por las manecillas del reloj
hasta las tres.
He pescado la noche, la puse en el café,
llena de demonios en amargura;
quédate a despertar.

Sube por las manecillas del reloj.
He pescado la noche, la puse en tu café;
medio llena de amargor de noche,
con dos cucharadas de azúcar.

Es temprano y se nos hace tarde.

Sube por las manecillas, y en lo alto,
déjate caer en lo más hondo de la cama.
Encuentra las mañanas en cabellos sin desenredar.
Es medianoche al fondo de la taza.

Sube por las manecillas, en lo alto nos encontramos.