No quiero que vengas

Te saludaré con toda la familiaridad de los años que perdimos, haré evidentes uno o dos cambios que no han hecho ninguna diferencia. Te invitaré un té de jazmín o un café con toque escocés. Te miraré a los ojos y sabré porque no quería que vinieras. Retendré ese momento, cuando todo es indescriptiblemente fácil. Entonces, pondré la canción que nos gusta, esa que nos unió por primera vez, una fría noche cuando descubrí tu risa. Tu boca inevitable dirá mi nombre. Llenaré con tu tibieza mis abismos. Cerraré los ojos y me diré a mí mismo. Por eso, no quería que vinieras.

Fotografía: Delfina Vazquez