Entonces cierro los ojos y los últimos 20 años de mi vida pasan en un segundo. Como proyección de cine Antigua. La única verdad absoluta es que todos somos comida de larvas. Vivimos contando los minutos bailando en la orilla de un centavo. Mientras la vida se escapa y allí en ese preciso instante bailas con la muerte, aferrado al filo del maldito centavo, respiras los últimos segundos que arden y queman, te caes y la muerte te cae encima. Y justo allí la vida se abre paso y todo vuelve a comenzar entre luces de Neón

Fotografía: ourutopia