Nadar bajo un cielo pintado

Soñé con un lienzo de papel 

extendido en un suelo 

del tamaño de una alberca semi olímpica.

Tenía pintados círculos 

que contenían paisajes 

que solo aparecían 

ante los ojos de quien mirara atento. 

Nadie ve lo mismo.

Es un sueño

mi sueño,

entonces los pinté yo 

aunque haya sido él.

Yo soy él. 

Caminé sobre un paisaje

estaba fresco 

y lo manché.

Él se volvió loco 

gritaba 

me decía que había arruinado todo.

Se revolcaba en el lienzo 

como un cerdo en el lodo

me volvía a gritar.  

Yo me quedé inmóvil 

sintiendo como cuando era niña

que todo lo hago mal 

que demuelo paisajes

que asesino la belleza. 

Entonces lo vi a él 

incontrolable 

empapado de mi error. 

Y me acerqué.

Me miró y se empezó a reír, 

parecía una hiena

jaló mi brazo

me acostó a su lado 

sin parar de reír.

Nos besamos 

nos quitamos la ropa 

sin dejar de besarnos.

Cogimos bajo el lienzo 

corrugado 

manchado. 

El error 

se volvió un cielo 

un manto 

de naranjas 

rosas 

y morados.

La lujuria cubierta 

de colores 

de papel

de un cielo balandra. 

Él se levantó 

me pidió que me quedara 

desnuda, hecha bolita 

me envolvió como regalo 

con el lienzo corrugado. 

Lo selló muy bien. 

Hizo que rodara 

y el papel gigante girando 

era entonces un atardecer 

que parecía una piedra 

que sonaba como el mar 

y que guardaba a una mujer adentro.

Yo soy ella.

Yo soy él.  

Soñé que me volvía una perla