Lukas está corriendo, lo más rápido que sus piernas le permiten, aún no sabe bien por qué. Sus despertares son bastante confusos desde que es sonámbulo, esa confusión le resultaba ya normal, se había vuelto algo habitual para el, algo que su madre y su hermana habían naturalizado.
No era el caso con su padre, un hombre tosco y de pocas palabras pero mal carácter en general, siempre hubo algo terriblemente malo sobre su persona pero Lukas nunca supo identificar que era específicamente.
Lukas seguía corriendo tan rápido como podía, le faltaba el aliento y su corazón era una locomotora. Ya no podía seguir se escondió entre los enormes brotes de “zea mays” que cubrían toda la propiedad de su familia, trato de recuperar el aire lo más silenciosamente posible. Escuchó pasos, el crujido de unas botas sobre la grava y las hojas viejas, observó de manera imperceptible la figura de su padre, el hombre se detuvo y dijo al unísono pero consciente que su hijo estaba ahí en alguna parte, “traicionaste a nuestro señor y a tu familia, lo siento mucho hijo, lo siento. Ya no mereces vivir” y desenfundó su revolver Smith & Wesson Modelo 19.
“Solo, sal de alli ahora!” Decía el siniestro hombre. “Tu hermana y tu madre están muertas, ellas han sido pecadoras pero tú has arruinado tu vida” pronunció mientras caminaba lentamente buscando al joven con la mirada.
Al escuchar esto Lukas se estremeció, empezó a sentir que él había matado a su madre y a su hermana durante su más reciente episodio de sonambulismo. Sus intestinos de le revolvían, su corazón parecía romperse de una manera física con cada latido, su sudor estaba frío y su mente era como un catastrófico choque de trenes en el que no hubo sobrevivientes, no pudo seguir, quería morir, el peso de sus acciones aún habiendolas cometido bajo un inexistente uso de sus facultades mentales era demasiado, casi podía sentir como lo aplastaba.
Decidió salir y enfrentar a su padre, el viejo e infausto Howard Benson, aquel que nunca pareció estar ahí durante toda su vida, aquel que era malvado con sus mascotas y no tenía amigos y no parecía sentir absolutamente ningún tipo de emocion humana. Howard apuntó su revolver y disparó de inmediato y ahí lo supo, ahí Lukas se dio cuenta que su miedo era infundado, que él no había hecho nada.
Los disparos certeros y fatales dieron en su pecho y su cara, Howard Benson era un asesino, siempre lo tuvo en él, era un psicópata de manual. Se acercó al cadáver de su hijo Lukas y sonrió, había matado a su familia.
Fotografía por Pierre Wayser